¡SI A LA VIDA!
Artículo publicado en El Alcázar, 25 marzo 1.982
Tal es el grito desgarrado que no pueden pronunciar quienes nacidos a la vida en el seno de una mujer quedan, ilegalmente ahora y quizás legalmente mañana, privadas de ella.
En nombre de tantos pequeños seres indefensos, sin voz para reclamar su derecho a ver la luz, sin posibilidad de acciones judiciales para pedir la condena de los asesinos y de sus cómplices, vamos a alzar la nuestra con el fervor de quienes nos sabemos portavoces de una causa justa.
Llevaremos a la calle la repulsa popular contra un proyecto de ley que pretende legalizar el aborto; el dolor por el escándalo de unas madres abortistas que se envanecen de su propio crimen; el rechazo por la adhesión de ayuntamientos y partidos políticos a tanta miseria moral.
Como españoles y cristianos, nos oponemos a que se ciegue el manantial de la vida con los anticonceptivos, y a que la vida en marcha, desde el instante mismo de la fecundación, se ahogue sin piedad y sin misericordia.
La vida del hombre es sagrada. Concebido el hombre, una vida nueva se halla en gestación. Ningún crimen ha podido cometer que justifique que, como castigo, se le pueda arrebatar.
El artículo 15 de la Constitución proclama que «todos tienen derecho a la vida», y añade: «queda abolida la pena de muerte». Por ello, aplicar la pena de muerte a quienes, por estar concebidos, tienen derecho a nacer, equivaldría a violar la Constitución, cuya defensa tan reiteradamente se solicita.
Por su parte, de acuerdo con la enseñanza apostólica «no matarás con el aborto el fruto del seno», la constitución «Gandium et spes» del Concilio Vaticano II dice que «la vida, desde su concepción, debe salvaguardarse y el aborto es un crimen abominable».
¡Españoles!: El derecho a la vida, que es el derecho natural básico y primario de la persona humana, no puede ser suprimido con la ilícita e inmoral legalización del aborto.
¡Padres de familia!: Venid con vuestros hijos y vuestros nietos a la manifestación que hemos convocado para mañana viernes, día 26 de marzo, a las 8 de la tarde.
Sabemos que son muchos los males de la Patria que justificarían nuestra protesta; pero el cerco a la vida que pretende ahogarla en sus raíces, y que ahora se estrecha más, como si un espíritu maligno manejase la guadaña de la muerte, nos impulsa, ante todo, a convocaros, a fin de que, haciendo uso del derecho de reunión, demos una respuesta pacífica, pero enérgica, a los que se proclaman enemigos de la vida.
¡Acampanadnos! Que llegue hasta el Congreso y hasta los círculos oficiales y oficiosos que han desatado esta campaña brutal a la que hacemos frente, nuestro grito unánime:
¡NO AL ABORTO! ¡SI A LA VIDA!