
ABORTO Y MATERNIDAD
No me es grato, pero siento la obligación moral de escribir sobre este tema y aceptar con resignación y sin respuesta la compatibilidad del derecho al aborto con el derecho de la mujer a ser madre.
No me es grato, pero siento la obligación moral de escribir sobre este tema y aceptar con resignación y sin respuesta la compatibilidad del derecho al aborto con el derecho de la mujer a ser madre.
Frente al derecho a la vida, se proclama el derecho a matar; y no a matar a quien es responsable de un crimen horrendo; a quien nos ataca con las armas en la mano, con capucha o sin ella, en los actos terroristas de hoy, de ayer y de mañana, sino a quien no ha cometido ningún delito, a quien se halla indefenso, nacido a la vida, aunque no haya nacido a la luz.
Tal es el grito desgarrado que no pueden pronunciar quienes nacidos a la vida en el seno de una mujer quedan, ilegalmente ahora y quizás legalmente mañana, privadas de ella.
Como españoles que por amor a España queremos servirla, y, sirviéndola, que continúe fiel a su Historia y a su vocación; como cristianos, que no queremos ocultar nuestra fe en las sacristías o en los templos, sino dar testi¬monio público de ella, confesándola abiertamente, cuando abiertamente se ataca a los dogmas que nuestro Credo proclama, nos hemos congregado aquí, con la do¬ble condición de cristianos y de españoles, para manifestar nuestra indignación, nuestra repulsa y nuestra protesta apasionada, contra la blasfemia que supone la proyección de la película "Yo te saludo, María", y contra el crimen que supone la despenalización legalizadora del aborto.
He vacilado -lo digo sinceramente- antes de escribir este artículo; y ello, por las reacciones y polémicas que puede suscitar. He vencido, sin embargo, la duda, porque hay ocasiones clave en las que es necesario romper el silencio y dar testimonio.
Update your browser to view this website. Update my browser now