
¡SI A LA VIDA! – Marzo 1982
Tal es el grito desgarrado que no pueden pronunciar quienes nacidos a la vida en el seno de una mujer quedan, ilegalmente ahora y quizás legalmente mañana, privadas de ella.
Tal es el grito desgarrado que no pueden pronunciar quienes nacidos a la vida en el seno de una mujer quedan, ilegalmente ahora y quizás legalmente mañana, privadas de ella.
Como españoles que por amor a España queremos servirla, y, sirviéndola, que continúe fiel a su Historia y a su vocación; como cristianos, que no queremos ocultar nuestra fe en las sacristías o en los templos, sino dar testi¬monio público de ella, confesándola abiertamente, cuando abiertamente se ataca a los dogmas que nuestro Credo proclama, nos hemos congregado aquí, con la do¬ble condición de cristianos y de españoles, para manifestar nuestra indignación, nuestra repulsa y nuestra protesta apasionada, contra la blasfemia que supone la proyección de la película "Yo te saludo, María", y contra el crimen que supone la despenalización legalizadora del aborto.
He vacilado -lo digo sinceramente- antes de escribir este artículo; y ello, por las reacciones y polémicas que puede suscitar. He vencido, sin embargo, la duda, porque hay ocasiones clave en las que es necesario romper el silencio y dar testimonio.
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