
CONTESTACIONES – Julio 1968
Revista «En Pie», Julio de 1.968
P.- ¿Qué significa el 18 de julio en la actualidad?
R.- El 18 de julio de 1.936 no es sólo una hoja del calendario -aunque algunos proyecten reducirla a esa parca dimensión- sino la fecha histórica en que del caos ideológico y material en que nuestro país se debatía surgió una España nueva, con fe en su destino, con una visión ilusionada del futuro.
La tradición más limpia, aherrojada por gobiernos decadentes y sectarios, y la Revolución nacional, como tarea inmediata y con sus profundas reformas sociales, empujaron como dos fuerzas poderosas, que arrancaban del mismo espíritu, a la juventud española, que prefirió el combate o la muerte a la estúpida liquidación de la Patria,
La actualidad del 18 de julio es para mí tan plena, tan necesaria, como cualquier otra de las vivencias nacionales: la Reconquista, la unidad de España, la construcción de nuestro ancho mundo hispánico o la guerra de la independencia.
P.- ¿Cuáles son las líneas fundamentales de actuación para que ese sentido histórico e ideológico no se pierda?
R.- La lealtad del Estado a la filosofía política del 18 de julio. Todo apartamiento del sentido histórico e ideológico de aquella fecha es más que un error, un delito. El rapto del Estado es, para mí, la táctica más hábil que se haya podido intentar para destruir, respetando en lo posible las formas y los símbolos, la ideología que le dio nacimiento.
Si el rapto llegara a consumarse, por la destreza de unos y un falso concepto de la lealtad de otros, el Estado actual no tendría ningún parecido con el que se quiso, con sangre y con dolor, que surgiera de la Cruzada.
De aquí la necesidad de que nuestros militantes sacudan la modorra, pierdan escrúpulos que no suelen ser otra cosa que pretextos para justificar su parálisis, y acometan de nuevo la empresa difícil de devolver su autenticidad a las formas y a los símbolos, que se mantienen por dos razones: una de carácter táctico (para no asustar) y otra de carácter psicológico (para ridiculizarlos como cascarones sin contenido).
De la actuación coherente, organizada y llena de entusiasmo y de fe, de cuantos seguimos afirmando la necesidad vital del 18 de julio -con todo lo que la fecha comporta-, depende que no se pierda su verdadero sentido histórico y político.
P.- ¿Qué actitud debe tomar la juventud ante el 18 de julio?
R.- Yo no diría que debe tomar, sino que puede tomar. Y esta toma de posición depende de la gallardía con que nuestros militantes sirvan cuanto el 18 de julio representa. Si para ello hay que aminorar ciertas devociones gubernamentales o discernir con valor lo que en la vida política oficial española es consecuente con el 18 de Julio, y lo que es ajeno o contrario al mismo, será necesario hacerlo. La prudencia no está reñida con el valor, y estoy seguro de que no han de faltarnos el valor y la prudencia necesarios para arrastrar a la juventud española tras unas ideas que estimamos tan sagradas como llenas de sugestión.
El malabarismo es un juego que no toca a la realidad, y en esa realidad, ajena a la prestidigitación, se halla nuestro campo y el de la juventud española para la arenga y para la lucha por la España del 18 de julio.